Casi 100.000 sevillanos viven -o lo intentan- del autoempleo. Las
últimas cifras del Ministerio de Empleo y Seguridad Social
(correspondientes a agosto de 2013) fijan en 95.625 los sevillanos dados
de alta como autónomos. Son, por tanto, trabajadores por cuenta propia
que no dependen de un jefe. La cifra, que se ha mantenido estable desde
que estalló la crisis, ha aumentado un 1,56% respecto al mismo mes del
año pasado. En doce meses este colectivo ha sumado en la provincia 1.472
integrantes nuevos.
Pero, ¿cuáles son los sectores en los que
más se deciden los sevillanos a emprender un proyecto empresarial por
cuenta propia? Los datos del citado ministerio reflejan que la
reparación de vehículos y la hostelería acapara la preferencia de los
autónomos. En agosto había 31.124 autónomos de la provincia inscritos en
la primera actividad (el 32,54%) y 10.055 en la segunda (el 10,5%). La
predilección de los autónomos también sirve para establecer cierto
perfil sobre un tipo de emprendedor en la provincia. Se trata, por lo
general, de negocios en los que no se requieren estudios superiores,
pero sí cierta especialización técnica o profesional, generalmente
adquirida a través de los Ciclos Formativos (FP), cuyo alumnado, por
cierto, ha superado este curso al de Bachillerato.
Tal es el
auge que han adquirido los talleres de automóviles que los empresarios
del sector han dado la voz de alarma ante el aumento de la
clandestinidad. En concreto, el número de establecimientos ilegales
llegó el año pasado a superar los 80, de los cuales se cerraron una
veintena tras la inspecciones reglamentarias. La Federación de
Empresarios del Metal (Fedeme) visitó más de 15 localidades de la
provincia en las que detectaron que el 30% de dichos negocios carecía de
licencia. Otro aspecto a tener en cuenta es que muchos de los
empleados que trabajan en ellos lo hacen sin un contrato para la gestión
de productos peligrosos.
En cuanto a la hostelería, bien es
sabido que desde hace tiempo se ha convertido en una de las salidas más
recurrentes al desempleo. Esta opción se ha consolidado durante la
crisis, sobre todo en la capital hispalense, donde el mismo sector llega
a hablar ya de "burbuja hostelera". Pasear por algunas de sus céntricas
vías lo demuestra: donde antes había sucursales bancarias, agencias de
viaje o tiendas de ropa se abren ahora bares, restaurantes o cafeterías.
Tan solo en la ciudad de Sevilla la Gerencia de Urbanismo tramitó en
2012 más de 250 licencias de apertura para bares y en otras 240 se
procedió a un cambio de titularidad. Dicho efecto no hace sino
condicionar aún más la economía de la capital andaluza al sector
terciario, en torno al cual parece girar casi todo el esfuerzo
emprendedor.
La construcción sigue constituyendo otro sector de
referencia para los trabajadores por cuenta propia. Septiembre se inició
con 7.813 autónomos sevillanos que se dedican ahora, tras el desplome
del ladrillo, a realizar obras particulares (atrás quedan las grandes
promociones) y reformas de viviendas ante la escasa oferta por parte de
las empresas privadas y públicas.
De igual modo, es cuantioso
el número de autónomos que se dedican al transporte y almacenaje (6.601)
así como los que llevan a cabo actividades científico-tecnológicas
(6.579).
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