domingo, 25 de enero de 2015

Dos años de cárcel para el primer hostelero condenado por los ruidos de su bar

El acusado indemnizará con 18.000 euros a la familia del piso superior »"Este fallo es un precedente de que no se puede jugar con el derecho al descanso".
Ya no fue necesario celebrar el juicio. La primera vista penal que se celebra por contaminación acústica se saldó con una condena por conformidad: el acusado, aceptó una pena de 2 años de cárcel, 1.200 euros de multa y un año de inhabilitación para trabajar en el ámbito de la hostelería como autor de un delito contra el medio ambiente por los "ruidos constantes" causados durante cinco años en la cafetería que regentaba , y ya cerrada desde 2012. El condenado también debe indemnizar con 18.000 euros a la familia de la vivienda ubicada sobre el local, formada por un matrimonio y tres hijos. La mujer precisó tratamiento psiquiátrico y psicológico durante año y medio por los síntomas de ansiedad y depresión, con episodios de irritabilidad e insomnio, que sufrió, y su hijo pequeño de 11 años, que padece epilepsia y migrañas, tenía crisis más frecuentes al no poder dormir ni descansar adecuadamente.
"Esta sentencia es un precedente de que no se puede jugar con los ruidos; la gente debe saber que perjudicar el derecho de residencia, de descanso y de poder vivir tranquilamente tiene sus consecuencias", 
La condena aceptada por el hostelero es firme y, en la sentencia, el tribunal casi con total seguridad se pronunciará favorablemente a la petición de la defensa de que se suspenda la ejecución de la pena, lo que evitará el ingreso en prisión de su cliente. La fiscal no se opuso a la solicitud del letrado, pero condicionado sobre todo a que el acusado abone la indemnización, para lo que se le han concedido plazos mensuales durante cinco años. Tampoco se oponen los denunciantes. "Aunque se podría haber obtenido una pena superior, se ha llegado a un acuerdo mínimo para evitar el ingreso en prisión [del acusado]; mi cliente era lo último que quería", 
Todo empezó en 2007. En noviembre de ese año comenzó a explotar la cafetería, después de que el anterior titular le hubiese transmitido la licencia municipal para café bar sin música. Sin embargo, desde el principio el ruido excedió "el límite máximo permitido", según relata la Fiscalía, por lo que los perjudicados, con su vivienda justo encima del local y que escuchaban música y alboroto incluso en horas de madrugada, hablaron con él para que pusiese una solución. La insonorización del establecimiento era nula, por lo que la familia escuchaba hasta como un cliente pedía una consumición. "Primero lo intentaron amistosamente, explicándole al responsable del bar que tenían niños y no podían vivir así", 
Mediciones de la Policía
Esto no surtió efecto, por lo que estos vecinos tuvieron que llamar a la Policía Local para que hiciese mediciones de sonido. Las pruebas realizadas en horas nocturnas durante varios años, entre 2008 y 2012, evidenciaron que el ruido superaba el límite máximo de 30 decibelios. En una de las ocasiones superó los 38. Pese a la presencia policial y los expedientes sancionadores, que fueron desde multa hasta la orden de cese de actividad, la situación no cambiaba, por lo que la familia no tuvo más opción que acudir a la vía penal.
De forma previa al juicio de ayer, ya consiguieron en 2012 que el hostelero cerrase el local, lo que permitió a los perjudicados recuperar "la normalidad". "Fueron cinco años de vibraciones y ruidos; el máximo perjudicado fue el hijo pequeño", describió la letrada, concretando que debido a las enfermedades que sufre y la falta de descanso, no podía ir a clase "regularmente". "Esta familia no podía disfrutar de su casa; llegaron a tener que cambiar temporalmente su residencia en verano o salir a pasear para evitar un estrés constante", 

martes, 20 de enero de 2015

4 recomendaciones para escoger un vino para acompañar tus comidas


¿Te has preguntado cómo encontrar el vino perfecto para acompañar con tus comidas? Si estás cansado siempre de dudar que vino comprar y quieres afrontar con éxito las claves del maridaje.
Para el maridaje actualmente se admite casi cualquier tipo de vino con cualquier menú, lo importante es experimentar y probar cosas nuevas y diferentes, que satisfagan nuestro paladar. Si estás cansado de dudar constantemente que vino comprar y quieres afrontar con éxito las claves del maridaje te recomendamos seguir una serie de principios básicos:
1- Compra un vino que vayas a disfrutar
Haz caso a los sumilleres, ellos nos lo repiten constantemente: Puedes maridar un vino blanco con carne, y un tinto con pescado. No te sientas avergonzado de hacerlo. La primera regla es disfrutar del vino. Si sabes que vas a disfrutar de un cierto tipo de vino, elígelo con tus comidas. La gente a menudo se siente avergonzada de que sus gustos sobre el vino y los alimentos no sean lo suficientemente sofisticados, y caen en el mito o falsa creencia del tinto-carne y blanco-pescado, pero el vino no es más que preferencias y gustos personales. Así que sé valiente - si quieres beber un vino dulce rosado o un blanco con un buen chuletón de carne roja, adelante, dale una oportunidad.
2- Concéntrate en las sensaciones de tu boca
¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas se sienten atraídos hacia los alimentos salados y otros hacia los sabores dulces? ¿Por qué algunas personas en cualquier época del año, y bajo cualquier circunstancia, prefieren beber sólo vinos ligeramente dulces, de poco cuerpo y blancos, mientras que otros disfrutan de los vinos más corpulentos, tintos y muy cubiertos? La respuesta sobre esta "decisión" personal puede encontrarse en tu genética, o concretamente en el número de papilas gustativas de tu paladar.
Echar un rápido vistazo a tu lengua en el espejo revelará toda una serie de protuberancias e hinchazones, estas papilas gustativas perciben sal, dulzor, acidez, amargura y el carácter sabroso del umami en los alimentos que comemos.
El número y la ubicación de estas papilas gustativas varía enormemente de persona a persona, por lo que no es ninguna sorpresa que todos percibamos la comida y el vino de manera muy diferente. La clave es confiar en tu propio paladar. Si no disfrutas de una combinación de alimentos y un vino en particular, entonces no lo repitas de nuevo, aunque te lo recomiende el mejor sumiller. Ningún experto en vinos puede conocer tus preferencias mejor que tu.
3- Descubre como interacciona tu paladar
Considera el siguiente experimento: Inmediatamente después de cepillarte los dientes bebe un poco de zumo de naranja. ¿Encuentras el sabor extraño y muy ácido? El zumo de naranja no ha cambiado, el cepillado y la pasta de dientes ha cambiado tu percepción del zumo de naranja. Lo mismo ocurre cuando la degustación de un vino se produce inmediatamente después de probar un alimento de alto contenido en sal, acidez, azúcar, grasa o picante - percibirás el mismo vino de manera diferente. Esta es una de las piedras angulares del maridaje. Busca un vino cuyo sabor te agrade con los alimentos. Mucha gente considera que esto se produce cuando el vino parece más suave, más dulce y frutal, tras cada bocado.
Practica en casa, prueba lo siguiente: Prepara un poco de sal, zumo de limón recién exprimido y un trozo de queso graso que no sea muy salado ni muy ácido (por ejemplo Cheddar) en un plato. Ahora sirve en una copa un vino tinto. A continuación, toma un sorbo de vino y valora o concéntrate en su acidez, y su tanicidad. Después coloca un poco de zumo de limón en la lengua y haz buches -esto puede parecer extraño, pero merece la pena probar- cuando la lengua esté bien impregnada, escupe y a continuación vuelve a probar el vino que ahora será más suave y frutal. Repite el mismo proceso con la sal y con un bocado de queso. La grasa en el queso hará que el vino te parezca ahora aún más suave. Por su parte, la sal hará que el tanino sea menos astringente. Puedes realizar la misma prueba con diferentes tipos de vinos (tintos, blancos, espumosos, rosados, generosos, dulces, con mucha o poca acidez, con mucho o poco tanino...). Cuando encuentres la combinación que más te guste, sabrás cual es tu maridaje perfecto.
Este es el triángulo mágico de la sal, la acidez y la grasa, y comprender como funciona tu paladar te ayudará a la hora de elegir un vino de predominio ácido o tánico.
4- Piensa siempre en la sal, grasa y acidez de los alimentos
La clave para obtener el mejor partido del vino con una comida es comprender los componentes básicos del plato.
Combinaciones clásicas como un filete y un tinto crianza funcionan bien para la mayoría de la gente porque la combinación de sal y grasa en la carne suaviza los taninos y hacen el vino más suave y terso.
Este principio funciona bien con otros platos con sabores base similares, incluso con platos vegetarianos pero con alto contenido en grasa y sal, como un moussaka.
Albariño o Cava son maridajes habituales en mariscos y moluscos, como almejas y ostras, ya que la alta acidez en el vino se suaviza con el limón del marisco. De la misma manera, estos vinos de alta acidez son una apuesta segura para beber con alimentos con alta acidez, como ensaladas o quesos poco maduros.
Hay mucho más que aprender, pero la clave es descubrir por ti mismo y no ser dictado. Elige los vinos que te gustan y piensa en la sal, la grasa y la acidez de los alimentos que vas a consumir.
Lo más importante, sea cual sea el presupuesto que tienes a la hora de comprar un vino, es simplemente divertirse y experimentar. Después de todo, eso es lo que es el vino.