jueves, 12 de diciembre de 2013

El negocio de los bares se incrementa un 25% respecto al año pasado

¿Seran éstos los brotes verdes definitivos? Eso parece al tener en cuenta el balance que el presidente de la asociación de hosteleros de Sevilla, Pedro Sánchez-Cuerda, realiza del puente de la Inmaculada. En estos cuatro días el consumo se ha incrementado en los bares del centro un 25% respecto al mismo periodo de 2012.

"Estos datos superan los del año pasado, que ya fueron bastante buenos, por lo que podemos afirmar que para la hostelería ha sido el mejor puente de la última década", afirmó Sánchez-Cuerda, quien atribuyó dicho éxito a la apuesta turística del Ayuntamiento por convertir la ciudad en destino durante la Navidad. "La climatología ha contribuido también, pero el alumbrado y la oferta de ocio y cultura han logrado este lleno", apuntó el presidente de los hosteleros sevillanos.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Estampas sevillanas de Don Juan Tenorio



Y llegó Noviembre, el mes de don Juan Tenorio.
El amor y la muerte se dan la mano en las calles de Sevilla bajo la figura del burlador, un tipo blasfemo, sarcástico, pendenciero, truhán, mujeriego… y uno de los personajes mas conocidos de la ciudad cuya figura ha trascendido todo tipo de fronteras, épocas estilos.
En esta entrada repasaremos las estampas sevillanas de don Juan, esos rincones donde autores tan variados en el tiempo, disciplinas y nacionalidades como Tirso de MolinaJosé ZorrillaMozartMoliereLord Byron o Merimeè situaron las andanzas de este fascinante personaje.

Plaza de los Refinadores


Se cuenta que los Tenorio era una familia de notables guerreros originarios de Galicia que participaron en la toma de Sevilla al lado de Fernando III, rey de Castilla.
Este aspecto lo confirma Tirso de Molina poniendo en boca de nuestro burlador los siguientes versos:

Yo soy noble caballero
cabeza de la familia
de los Tenorios, antiguos
ganadores de Sevilla.

En el repartimiento de la ciudad conquistada les correspondieron unos terrenos en las inmediaciones de la actual plaza de San Leandro, una zona cercana a la Mezquita del Coral y a los baños árabes donde la joven reina doña Juana de Pointiheu hacía mas llevaderas las calores sevillanas.
Allí labraron los Tenorio su palacio y allí vivieron más de un siglo hasta que se enfrentaron a otro rey, Pedro ICruel o Justiciero, que haciendo valer lo primero los expulsó para siempre de sus casas, estableciéndose en ellas las monjas agustinas en 1369, germen de lo que hoy es el convento de San Leandro que da nombre a la plaza.

Don Juan Tenorio

Pese a ser desposeídos de sus palacios, los Tenorio no llegaron nunca a abandonar Sevilla.
De esta forma a mediados del siglo XVI, cuando fecha Zorrilla las andanzas de don Juan, la familia está afincada en pleno barrio de Santa Cruz, en la calle del Chorro, llamada así porque por ella corrían las aguas cuando los conductos procedentes de los Caños de Carmona que discurrían por el Muro del Agua se desbordaban.
En esta calle, que desde 1895 es conocida como Justino de Neve en homenaje al canónigo fundador del cercano Hospital de los Venerables, se sitúa la casa natal de nuestro burlador, tal y como hoy en día recuerda el bello azulejo que reproducimos bajo estas líneas.

Don Juan Tenorio


A escasos metros, en plena Plaza de los Venerables, se encontraba la Hostería del Laurel, establecimiento que aún hoy existe y de donde parte toda esta historia que, según se cuenta, escribió Zorrilla mientras se alojaba precisamente en una de sus habitaciones.
Por aquella época esta plaza era bastante diferente a la que hoy conocemos; aún quedaba tiempo para que Neve fundara el Hospital y el entorno era una amalgama de callejuelas oscuras y poco salubres entre las que destacaba el callejón de San Diego, situado en uno de los costados de la Hostería y desde el que se llegaba a la Plaza de los Desafíos, sitio predilecto de los sevillanos para retarse a muerte.

Don Juan Tenorio

Regentaba esta “casa de gulas” el italiano Cristófano Buttarelli, uno de los muchos forasteros que habían acudido a Sevilla al calor del oro de las Indias, debiendo ser un local poco agradable como se desprende de las palabras del propio hostelero:

Ni caen aquí buenos peces,
que son casas mal miradas
por gentes acomodadas
y atropelladas a veces.

Pues bien, cuentan que cierta noche se dieron cita en dicha Hostería nuestro protagonista, don Juan, y otro bravucón con el que años atrás había realizado una desagradable apuesta, don Luis Mejías.
Dicha apuesta consistía en contabilizar el número de hombres asesinados y de mujeres conquistadas por cada uno, resultando vencedor evidentemente el que hubiera hecho más "méritos".
En ambos campos salía derrotado claramente el Mejías, pero don Juan, osado y prepotente, en vez de poner paños calientes y dar por zanjado el reto, no tuvo otra ocurrencia que ampliarlo: conquistaría dos mujeres más, a una novicia y a la prometida del mismísimo don Luis, Ana Pantoja.

Pero, la verdad a hablaros,
pedir más no se me antoja,
porque, pues vais a casaros,
mañana pienso quitaros
a doña Ana de Pantoja.

Para su infortunio en la Hostería se encontraban en ese momento dos hombres encapuchados que escuchan atentamente la conversación de los dos charlatanes.
Uno era don Diego Tenorio, padre de nuestro protagonista; el otro don Gonzalo de UlloaComendador de Calatrava y padre de la prometida de don Juandoña Inés, encerrada desde niña en un convento.
Los Ulloa vivían en las inmediaciones de la Plaza de doña Elvira, que por la época era en realidad una manzana de casas delimitada por las calles Vida, Ataúd y Caballos.Dicha manzana fue demolida en la primera mitad del siglo XIX, ganando de esta forma Sevilla uno de sus rincones más bellos y recoletos, a pesar de los veladores de bares y restaurantes.

Don Juan Tenorio

Como era de esperar, el Comendador montó en cólera: las andanzas del Tenorio eran una absoluta falta de respeto y, por supuesto, toda una afrenta al honor de su hija doña Inés, que ajena a todo contaba los días que faltaban para salir del convento y desposarse con semejante canalla.
Ofendido, de inmediato don Gonzalo rompió el matrimonio e hizo venir a una ronda alguaciles para apresar a los dos truhanes, que dieron con sus huesos en las frías celdas de la calle Sierpes, donde se encontraba la Cárcel Real.

Ya en el siglo XIV se tienen noticias de este presidio que formaba la esquina de Sierpes con Bruna y cuyo lugar hoy ocupa un anodino edificio que aloja una entidad bancaria.  
A pesar de que sus celdas tuvieron ilustres huéspedes como Mateo Alemán, Martínez Montañés o Miguel de Cervantes, que se cuenta escribió allí algunos capítulos de El Quijote, era la Cárcel Real un lugar inhóspito y desagradable, siendo frecuente el contagio de enfermedades entre los reclusos que, por regla general, estaban hacinados. De hecho durante la terrible epidemia de peste que asoló Sevilla en 1649 quedó totalmente desocupada al morir incluso los carceleros.

Sevilla y don Juan Tenorio


Pero poco tiempo estarán presos los ya encarnizados enemigos tras la bravuconada de don Juan
Y es que las intenciones del Tenorio eran tan oscuras que Don Luis, primero en ser libre, no perdió un ápice de tiempo y acudió a casa de Ana de Pantoja, su prometida, para ponerla sobreaviso y, al mismo tiempo, escuchar de sus labios palabras tranquilizadoras.

¡Bah! Duerme, don Luis, en paz,
que su audacia y su prudencia
nada lograrán de mí,
que tengo cifrada en ti
la gloria de mi existencia

Vivía doña Ana en la Plaza del Pozo Seco, un cruce de callejas adosado a las murallas del Alcázar donde algunos siglos más tarde se abrirá la famosa taberna de la Alianza que desde entonces da nombre al lugar.
En tiempos de don Juan e incluso en los de Zorrilla era un ensanche de varias callejuelas estrechas y mal empedradas; hay que tener en cuenta que aún no estaba abierta la calle Romero Murube ni se habían plantado los naranjos ni situado la fuente de mármol, con lo que su aspecto distaba bastante de la coqueta plazuela que hoy conocemos. 

Sevilla y don Juan Tenorio


Tampoco duró mucho nuestro Tenorio entre rejas; tipo osado y soberbio a partes iguales, nada más ser puesto en libertad tuvo la feliz idea de acudir junto a su fiel criado Ciutti a casa de la mismísima Ana de Pantoja, aunque para su sorpresa a quién encontró fue al despechado de Luis Mejías.
Diestro don Juan en el arte de la espada y su criado aún más en el del engaño, sumando ambos el Mejías fue atrapado y encerrado en una bodega, lo que festeja ufano el burlador.

Buen lance, ¡viven los cielos!
¡Estos son los que dan fama!
Mientras le soplo la dama,
él se arrancará los pelos
encerrado en mi bodega.

Pero no queda ahí la cosa; don Juan decide rizar el rizo de forma temeraria y visitar a su hasta hace poco prometida, doña Inés, que sigue recluida en el convento alejada de tanto ajetreo.
Canalla sin escrúpulos, previamente había sobornado a Brígida, sirvienta de la novicia, para que le entregara una carta donde declaraba su amor incondicional y sincero...

[…] acuérdate que al pie mismo
de esos muros que te guardan,
para salvarte te aguardan
los brazos de tu don Juan […]

Doña Inés, una muchacha de apenas diecisiete años encerrada tras las tapias del convento desde su más tierna infancia, se emocionó tanto al leer la carta que cuando de repente apareció el Tenorio en la misma celda cayó desmayada: los nervios, la impresión, la sorpresa... o vaya usted a saber. 
Lo cierto es que una vez más la fortuna se había aliado con el burlador, que sin oposición alguna ya que el resto de monjas dormían, cargó sobre sus hombros a doña Inés y se la llevó consigo.
La tradición sitúa este famoso rapto en la placita de Santa Marta, aunque en los tiempos en que debió suceder esta historia la comunidad de monjas agustinas que aún hoy habitan el convento se enclaustraban felizmente en la Encarnación, de hecho aún quedaban dos siglos largos para que los franceses las expulsaran y se abriera la plaza que hoy ocupan las Setas de Jürgen Meyer.

Don Juan Tenorio y Sevilla

Mientras don Juan y su amada desmayada se fugan en compañía, faltaría más, de la alcahueta Brígida, un inesperado visitante irrumpe a altas horas de la noche en el convento.
Se trata de don Gonzalo de Ulloa, padre de doña Inés, que quiere llevársela a toda costa: por la ciudad corre el rumor de que el Tenorio ha comprado a Brígida y teme lo peor…
No le faltaba razón, aunque ya era tarde, demasiado tarde, tanto que la monja enviada por la Abadesa en busca de la muchacha a su celda llega justo en el momento en que están saltando las tapias. 
Una vez más el Burlador se ha salido con la suya, para desgracia de un Comendador que, impotente, estalla definitivamente en cólera, llegando incluso a insultar a la Superiora.

¡Imbécil! [Voy] tras de mi honor,
que os roban a vos de aquí.

Don Gonzalo podía permitirse esos “lujos”, tanto faltar el respeto a la Abadesa como entrar en el cenobio, ya que era Comendador de Calatravaorden a la que pertenecía esta comunidad religiosa.
Error de Zorrilla o totalmente adrede, lo cierto es que estas monjas no tenían convento femenino en Sevilla (sí, por ejemplo, en Madrid o en Burgos), aunque durante siglos hubo un priorato masculino en la antigua calle de San Benito, llamada hoy precisamente Calatrava en su memoria.
Para 1844, cuando fue escrito el Tenorio, esta comunidad llevaba ocho años extinguida, transformándose el edificio en almacéncasa de vecinos e incluso de nuevo en convento, ya que entre 1869 y 1885 se establecieron allí las monjas de las Dueñas
Finalmente la piqueta echó a andar y todo fue demolido salvo la capilla de Nuestra Señora de Belén, desacralizada hace años y usada en nuestros días como almacén.
No hace falta decir que esta posible ubicación del convento en que se recogía doña Inés es contradictoria con la tradición, según la cual fue raptada en la placita de Santa Marta. Sin duda, una “licencia” tomada por Zorrilla.

Don Juan Tenorio
Antigua capilla de Ntra. Sra. de Belén, hoy un almacén.

Pero volvamos con nuestros enamorados.
Don Juan, con su amada desmayada en brazos, sube a una barcaza y atraviesa el Guadalquivir para refugiarse en su Quinta.
Allí esperarán la llegada de un barco con el que abandonar para siempre Sevilla rumbo a Italia: se había metido en demasiados líos y el rapto de una novicia, sin duda, era un escándalo que daría con sus huesos en prisión una buena temporada.
Por su parte, doña Inés sigue ajena a todo ya que el patatús aún no se le ha pasado. Cuando al fin despierta y Brígida la pone al día, no sabe si enfadarse o caer rendida a los brazos de don Juan, aunque tampoco tiene tiempo para resolver la duda ya que éste acude presto a su lado.
Tiene lugar entonces la escena del sofá, posiblemente la más conocida, la más representada y, de paso, la más parodiada del Tenorio.

[…]¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor? […] 

Sitúa la tradición la Quinta de don Juan en la Hacienda Valparaíso, en San Juan de Aznalfarache, un palacete del siglo XVIII que mandó edificar el conde de Peñaflor como residencia veraniega.
Aún hoy existe, sin muchas modificaciones respecto al original según parece, y como curiosidad alberga en sus jardines un cementerio de perros con tumbas casi centenarias.

Don Juan Tenorio
Hacienda Valparaíso. Imagen: Wikipedia

De repente, un misterioso encapuchado interrumpe la “sofadesca” escena amatoria: es don Luis Mejías, que había escapado de la bodega donde el Tenorio lo tenía encerrado. 
Clamaba venganza ya que, además de perder la apuesta, había sido ridiculizado y su honor estaba mancillado, por lo que sólo quedaba una forma de reparar tamaño daño: matar a don Juan.

No os engañó el corazón,
y el tiempo no malgastemos,
don Juan; los dos no cabemos
ya en la tierra.

A punto está de pasar la cosa a mayores cuando Ciutti trae un nuevo aviso: acaba de llegar el Comendadordon Gonzalo de Ulloa, en busca de su hija y también viene con aires vengativos, ridiculizado y con el honor mancillado. No hace falta decir que sólo había también una única forma de reparar la afrenta: matar a don Juan.
don Juan, como es normal, está desbordado con tantos candidatos para acabar con su vida. 
Tanto que pide a don Luis que se encierre en una habitación para “atender” al Ulloa, cuyas voces se escuchan desde la calle: 

¡Miserable!
Tú has robado a mi hija Inés
de su convento, y yo vengo
por tu vida o por mi bien.

Pero algo está cambiando en el Tenorio
El amor de doña Inés ha ablandado su áspero corazón, tanto que deja a un lado su proverbial bravuconería y se muestra conciliador, al punto de estar dispuesto a devolver a su amada para congraciarse con el Comendador.
Por desgracia, poco dura este in-pass sentimentaloide, ya que don Luis Mejías, que escuchaba desde la habitación, irrumpe jocoso y, buscando la complicidad del Comendador, se burla del Burlador, hombre de sangre caliente que no tarda en encenderse. 
Sin apenas mediar palabra, don Juan mata de un pistoletazo a don Gonzalo de Ulloa, padre de su amada Inés, y de un espadazo a don Luis Mejías, prometido de Ana de Pantoja.
En un momento el enamorado se ha convertido en asesino por partida doble.
Alarmado, su fiel Ciutti acude a ver lo sucedido y de paso advertir a su amo que un grupo de alguaciles han entrado en la casa: la situación pinta muy mal.
El Tenorio sabe que de ser capturado le espera el patíbulo u otra muerte más atroz, ya que sus manos están manchadas de sangre. No le queda otra que saltar al Río y huir en el barco que lo iba a llevar a Italia con su amada.
Todo ha terminado para él y, aún más, para doña Inés, que cuando llega al lugar de los hechos sólo puede reconocer el cadáver de su padre.
Rota de dolor, saca fuerzas de flaqueza y asoma al balcón, divisando en el horizonte un bergantín que navega rumbo a Italia: su amor se diluye entre las milenarias aguas del Guadalquivir.


Don Juan Tenorio

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El retraso en una licencia puede cerrar un bar de 1958


La bodega Los Palacios, en Nervión, lleva más de dos meses esperando un permiso para la cocina.
El retraso en la concesión de una licencia de bar con cocina puede provocar el cierre de un establecimiento fundado en el año 1958. La bodega Los Palacios, ubicada en la calle Baltasar Gracián, en Nervión, se enfrenta a una orden de cierre que entra en vigor este fin de semana, mientras espera que se resuelva su petición de licencia. El establecimiento ha funcionado durante toda su historia con la licencia de bar sin cocina y música. A raíz de la denuncia presentada por un vecino, policía local de profesión, el bar ha iniciado los trámites y ha hecho una reforma para adaptarse a la normativa.
La licencia de bar con cocina está solicitada desde septiembre y la propietaria del bar, María María Jesús Campón, está a la espera de la respuesta de la delegación de Medio Ambiente, el mismo organismo que ha decretado el cierre cautelar de la actividad. "En otros negocios el cierre cautelar se ha prolongado hasta cuatro meses. Nosotros no podemos hacer frente a tanto tiempo", explicó este jueves a este periódico la dueña del bar. Campón se hizo cargo del negocio en 2009, a raíz de que a su marido le detectaran un tumor en la garganta y tuviera que dejar de trabajar.  
El abogado que representa al bar Los Palacios va a presentar un recurso ante el Ayuntamiento pidiendo la recusación de los policías locales que han instruido el expediente, ya que el denunciante es otro policía local. "Creemos que existe una enemistad manifiesta y que el denunciante se ha aprovechado de su condición de policía para tratar de cerrar el bar", apuntó el representante legal de la familia que lleva el negocio. 
María Jesús Campón relató cómo fue su primer encuentro con el agente que los ha denunciado. "Vino a pedirme que quitara un ventilador de la pared, ya que decía que le molestaban las vibraciones. Lo quité y me dijo que por mucho menos él había cerrado bares en Sevilla", relató la dueña del bar, que no entiende cómo la resolución de Medio Ambiente contempla el cierre completo de la actividad. "Ni siquiera nos dejarían seguir sin cocina". 
Si se hace efectiva la orden de cierre, ésta llegaría en uno de los momentos claves para el negocio,  
como es la época navideña. "Perder la Navidad sería un drama para nosotros". El bar es el único ingreso de una familia de cinco miembros.

miércoles, 30 de octubre de 2013

La Policía Local sanciona o clausura un local si «estima» que supera los umbrales marcados por la normativa, sin necesidad de contar con un sonómetro

El concejal delegado de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sevilla, Maximiliano Vílchez, ha presentado la nueva ordenanza de ruidos que incluye medidas de actuación inmediata, como la posibilidad de que un agente de Policía Local sancione o clausure un local si «estima» que supera los umbrales marcados por la normativa, sin necesidad de contar con un sonómetro o ir acompañado de un funcionario de Medio Ambiente, o la obligación de que las actividades emisoras de ruido dispongan, además de controladores del ruido, de un centro de transmisión de datos en tiempo real que remitirá la información al Consistorio para facilitar la inspección y control a distancia.
En rueda de prensa, Vílchez ha explicado que esta ordenanza se debatirá en el Pleno de este viernes y pretende adecuar las características de la ciudad a las «exigencias» de la normativa andaluza, estatal y europeo. «Hay una razón legal para hacerla, ya que la anterior ha quedado desfasada», añade, insistiendo además en que la «prioridad» del Ayuntamiento es la defensa del medio ambiente. Así, señala que en toda su tramitación ha tenido un «importante grado de participación», no sólo de distintas áreas municipales, sino también desde la ciudadanía, con colegios profesionales y asociaciones vecinales. Vílchez recalca que en esta ordenanza se potencia principalmente el principio de prevención, ya que «antes de iniciar una actividad se tienen que cumplir una serie de requisitos para que no haya emisiones de ruido por encima de lo permitido». También, afirma que los movimientos vecinales lamentaban que existían normas de ruidos pero que «quedaban sobre el papel, no tenían un traslado en la calle, donde seguía existiendo niveles de ruido insoportables en determinados casos y que no había posibilidad de actuación porque no se contemplaba la intervención policial como sí lo hace esta norma».
Así, hay hasta 17 artículos que regulan el control policial de las actividades permitirán que los agentes municipales «cuando se encuentre ante una emisión de ruido que estime que puede vulnerar la norma establecida puede sancionar con carácter leve e, incluso, suspender y clausurar la actividad». Esto no era posible anteriormente ya que era necesario que ese policía llevara sonómetro o que estuviera acompañado de un funcionario del área de Medio Ambiente. «Al policía al que llamamos cuando nuestro vecino esta molestando, podrá llegar y sancionar o clausurar si se trata de un establecimiento», recalca, indicando que se recogen sanciones desde un mínimo de 300 euros a un máximo de 300.000 euros en función de la gravedad de la infracción. Junto a la sanción económica, también se recoge que se puede llevar a cabo la revocación o suspensión de la legalización de su actividad, clausura o precintado de la maquinaria emisora de ese ruido, entre otros. Vílchez detalla que esto se completa con que las actividades que podían ser emisoras de ruido, que hasta el momento tenían que tener autocontroladores del ruido, han de disponer de un centro de transmisión de datos en tiempo real para facilitar la inspección y control a distancia.
También, se recoge la prohibición de que haya bares con música, discotecas o salas de fiestas colindantes a viviendas, se han rebajado los límites de ruido en interior de edificios como en exterior, se regla lo relativo a vehículos a motor y sirenas, horarios y ubicaciones de ensayos de bandas de música, la propaganda y venta ambulante, entre otros. «Se pretende lograr una mejor calidad de vida de ciudadanos y los demostramos día tras día con las distintas ordenanzas que desarrollamos en defensa del medio ambiente», concluye.

Curiosidades de la 59º Edición del Trofeo Carranza

Como detalle curioso de este primer triangular del Trofeo Carranza habría que destacar los tres himnos diferentes que se interpretaron al comienzo de cada uno de los partidos. En el primer encuentro mientras los jugadores saltaban al campo por megafonía se escuchaba el himno oficial del Torneo Carranza.
En el caso del partido entre Sevilla y Cádiz, sonó el himno oficial del Cádiz Club de Fútbol. Por último, antes del inicio del Cádiz y Atlético Tetuán, el himno reproducido por la megafonía del Ramón de Carranza era el del Centenario del Cádiz, interpretado por el dúo musical Andy y Lucas.

Los triunfos del Sevilla en el Carranza: Siete Títulos y segundo club más laureado del torneo

1º Trofeo Carranza: 1955 – 1º Sevilla 2º At. Portugal
2º Trofeo Carranza: 1956 – 1º Sevilla 2º Atlético de Madrid
3º Trofeo Carranza: 1957 – 1º Sevilla 2º Athletic de Bilbao 3º Racing de Paris 4º Os Belenenses
4º Trofeo Carranza: 2004 – 1º Sevilla 2º Valencia 3º Cádiz 4º Lazio
5º Trofeo Carranza: 2008 – 1º Sevilla 2º Cádiz 3º Athletic de Bilbao 4º Villarreal
6º Trofeo Carranza: 2009 – 1ºSevilla 2º Deportivo 3º Cádiz 4º Valencia
7º Trofeo Carranza: 2013 – 1º Sevilla 2º Atlético Tetuán 3º Cádiz

El refugio económico de una heladería


El refugio económico de una heladería

Sevilla está experimentando un auge del negocio de los helados Marcas de toda la vida y algunas nuevas buscan hacerse con un hueco en el paladar de los sevillanos
zoom
Fachada del local de la calle Tetuán donde próximamente se ubicará una nueva tienda de Helados La Abuela
A más crisis, más bares. Sevilla, la ciudad de los 4.000 bares y los 10.000 veladores, podría convertirse en poco tiempo en la capital con más heladerías por metro cuadrado. En apenas un lustro, muchos de estos establecimientos han abierto en la ciudad. Los sevillanos no tendrán problema alguno para saciar su capricho heladero si se encuentran, por ejemplo, en la céntrica calle de San Pablo, donde en apenas 300 metros en línea recta pueden acercarse a Rayas, la nueva Heladería Miquel, la Pastelería San Pablo o el quiosco de helados que ha montado El Corte Inglés en las puertas de su tienda de la Magdalena.

Actualmente, hay 81 licencias de heladerías registradas en la capital, según fuentes del Ayuntamiento. La tendencia en el sector servicios en Sevilla refleja además un auge de este negocio de los helados. Un exponente de esta coyuntura es la cadena Helados La Abuela, que ha hecho una apuesta fuerte por el sector en la ciudad ya que tienen previsto abrir hasta 15 heladerías en unos cuatro años. Actualmente poseen un establecimiento en la calle Laraña y próximamente abrirán otro en la calle Tetúan. Responsables de la cadena aseguran que creen que "hay público para explotar el negocio". Por lo general, ésta es la idea que mueve a los impulsores de las nuevas heladerías a abrir sus propios negocios. Juanjo Jaque es encargado de la heladería de la cadena catalana Ferretti situada en la Avenida de la Constitución, que abrió en 2009, y asegura que entonces "ya tenía la competencia del Mascarpone y el Häagen-Dazs" pero que "hay público" y "de momento funciona". De la misma manera pensaron los responsables de la nueva Heladería Miquel situada en la calle San Pablo. Abrieron hace un mes, en pleno apogeo de la canícula sevillana: "Vimos que por aquí pasaba gente y que la climatología de Sevilla acompaña todo el año", señala Emilio Moreno, encargado de la franquicia sanluqueña.

El sistema de las franquicias está muy vinculado a este negocio del helado. Cuando se trata de explotar sólo un producto y montar un establecimiento pequeño que necesita poca inversión y mantenimiento, las heladerías se convierten en un refugio del pequeño empresario y de su impulso emprendedor. Blas Matitos, asesor inmobiliario de Inerzia, considera que hay cierto "boom" en el sector heladero en la ciudad y cree que la razón de que pululen este tipo de tiendas es que son negocios que sólo necesitan "un local pequeñito" y que con el régimen de franquiciado "se pierde poco dinero" tanto en la inversión como en caso de fracaso. Sin embargo, añade que, según su experiencia, el éxito del negocio depende de "quién lo monte y cómo" pero sobre todo de la "calidad del producto". Ha visto cerrar en poco tiempo varios locales por lo que califica este auge de "volátil" y advierte de que no es "la panacea" que "asegura un negocio próspero y duradero".

Las marcas veteranas saben bastante de esto. Cristina Rayas, encargada de la heladería Rayas de la calle San Pablo, reconoce que "hacerse un hueco en Sevilla" sólo se consigue con "esfuerzo y mucho trabajo" y asegura que su marca está "plenamente comprometida con mejorar cada día para ofrecer productos de buena calidad" a su fiel clientela.

El helado es un producto al que prácticamente nadie dice que no, un capricho que puede picar en el estómago en cualquier momento del día o del año. Es por esto que hay muchos bares o establecimientos de hostelería que saben que el helado es un filón que explotar como complemento a sus negocios. Jorge Hermosilla, propietario de Avenida Restauración en la Avenida de la Constitución, lleva dos años y medio en su local de hostelería vendiendo helado junto a sus tapas y platos. Tiene dos neveras con tarrinas de helados Alacant que mantiene todo el año: "El helado si es de calidad se vende solo", explica. En el Horno de San Buenaventura de la Avenida de la Constitución, por ejemplo, también se mantiene una nevera de helados todo el año y hasta cadenas de comida rápida como McDonals o Burger King tienen siempre disponibles productos derivados del helado tradicional. El filón del complemento del helado en un negocio de hostelería está patente en la dificultad de sentarse en un bar o una terraza y que como postre no haya una carta de helados.

El helado es un complemento que aporta beneficios para un negocio hostelero pero vender sólo helados implica cierta dificultad en una ciudad cuyos habitantes no están acostumbrados a tomarlos en cualquier momento del año. Cristina Rayas, señala que su tienda, de la marca Rayas y ya consolidada en la ciudad con más de treinta años de experiencia, consigue mantenerse abierta "casi once meses al año sólo vendiendo helado". La incógnita está en si las nuevas heladerías que monopolizan sus beneficios en este producto serán rentables más allá del verano, si tanta oferta se corresponde con la demanda de la ciudad. Ya se verá si será demasiado, por ejemplo, en la calle Tetúan, una heladería de La Abuela, el Mascarpone y enfrente, en la Campana, el Ben & Jerry's, o en la Avenida de la Constitución, una tienda Häagen-Dazs, la heladería Ferretti, el Mascarpone, La Ibense Bornay y todos los bares con sus neveras de helados y sus cartas de polos al uso, cuando se disipe el calor y sólo queden los turistas más golosos y los sevillanos menos frioleros.

Multan a un bar denunciado por impedir la entrada sin indumentaria adecuada


Multan a un bar denunciado por impedir la entrada sin indumentaria adecuada

El Ayuntamiento ha sancionado al local de copas Capitol, después de que Facua interpusiera una reclamación. Aún no se ha precisado la cuantía de la falta.
EFE, Sevilla | Actualizado 14.08.2013 - 14:02
El Ayuntamiento de Sevilla ha multado a una sala por impedir la entrada a usuarios, según una denuncia de la asociación de consumidores Facua, que aseguró que se prohibía entrar por no tener invitación o no llevar indumentaria adecuada. Un comunicado de Facua informa de que el Ayuntamiento ha sancionado a Capitol, un bar de copas ubicado en la Plaza Nueva, por "denegar ilegalmente la entrada a usuarios", tal como denunció en marzo de 2012 la asociación de consumidores.

El Servicio de Consumo del Ayuntamiento no ha precisado la cuantía de la sanción, que se ha impuesto tras una denuncia por vulnerar la normativa sobre derecho de admisión. Facua Sevilla denunció a la empresa tras recibir varias reclamaciones por parte de usuarios a quienes se negó la entrada mientras otras personas accedían sin problemas. Los porteros alegaban "de forma arbitraria", según Facua, que era necesaria una invitación para acceder al local y a otros usuarios les indicaron "que su indumentaria no era la adecuada", pero "sin que en la puerta se detallasen las condiciones de derecho de admisión en algún cartel", asegura la asociación de consumidores.

Uno de los afectados explicó a la asociación que a pesar de que se le entregó la hoja de reclamaciones, el establecimiento se negó a prestarle un bolígrafo para cumplimentarla. En su comunicado, Facua recomienda a todos los afectados que reclamen y recuerda que los establecimientos tienen la obligación de entregar hojas de reclamación a petición del usuario y, en caso de que la nieguen, pueden llamar a la Policía Local para que levante atestado del incidente. 

Software 'made in' Sevilla para los bares de México, Portugal y Marruecos

El Grupo Soltel, que dirige Julio Pérez, va a exportar el software "más utilizado" en la hostelería sevillana a otros países. México, donde la firma tiene una de sus sedes empresariales, será la primera meta para difundir un sistema informático a través de PDA y TPV que llevan utilizando los restaurantes de la capital andaluza "desde hace más de 17 años".

A lo largo de todo este tiempo, el software ha demostrado su "eficacia" y ha cosechado "importantes firmas" como clientes. La cadena Robles, los San Eloy, cafeterías de los Supermercados MAS, el grupo Carlos Cañal, El Pesquero o Becerrita son algunos de los nombres que "confían día a día en la gestión de su trabajo a RestMaster", un programa que se va actualizando cada año y que funciona en 500 restaurantes y establecimientos sevillanos y la misma cifra en firmas del resto de España, "sumando un total de un millar", según Soltel.

Sin embargo, Didesís, la empresa creadora y distribuidora del software, ha tenido "siempre el eterno problema de muchas pequeñas y medianas empresas (Pymes), que es, según Soltel, "la dificultad a la hora de crear una red de distribución y poderlo vender a mayor escala, e incluso fuera de España". La compra por parte del Grupo Soltel del 51% del accionariado de Didesís dará origen a Soltel Didesis, una nueva empresa que ya está en trámites de creación desde la que se afrontará un canal de franquicias y otro de distribuidores que extenderán la venta de este "consolidado" programa de gestión de hostelería. El "salto" internacional de RestMaster se prepara también de manera paralela con varios países como destino.

El director general y CEO de Soltel, Julio Pérez, ha manifestado su "satisfacción" por el acuerdo alcanzado con la empresa Didesís, ya que, para éste, "nos va a permitir la entrada en el sector del comercio a través de esta sociedad tecnológica con el producto con mayor presencia en la hostelería". Por su parte, el director comercial de Didesís, Manuel del Saz, ha destacado que el Grupo Soltel les va a permitir "crecer" y "llegar hasta donde llevan años queriendo situarse, pero no les era posible porque carecían de infraestructura".

Durante estos últimos meses del año, Soltel Didesis terminará la redacción del plan internacional y, tras la apuesta por México, afrontará la difusión del programa en Portugal y Marruecos durante su primera etapa de expansión. A nivel nacional, otras comunidades autónomas también serán objetivo de la instalación de franquicias, al estar ya implantada la herramienta en conocidos restaurantes de Segovia, Zamora o Madrid.

Espartinas fue el único municipio que mantuvo su número de bares

La tendencia al cierre de bares registrada en Sevilla capital se reprodujo en toda la provincia, en la que la desaparición de comercios dedicados a la restauración fue incluso más acusada. En ninguno de los municipios de Sevilla creció el número de bares y restaurantes y sólo en uno, Espartinas, se mantuvo el mismo número entre los años 2007 y 2012, según refleja el Anuario Económico de España elaborado por La Caixa. En el resto de ciudades y pueblos de la provincia de Sevilla, las cifras revelan una importante caída del número de negocios de un sector que durante los últimos años parecía mantenerse como uno de los menos afectados por la crisis económica, de modo que hubo hasta quien habló de la nueva burbuja de los bares.

Quizás en las zonas turísticas o en el centro de la capital sí pueda hablarse de este fenómeno, pero en cuanto se sale a extramuros la percepción cambia. Las cifras lo acreditan. Sólo Espartinas mantuvo en 2012 el número de negocios relacionados con la restauración que tenía en 2007. Y quizás lo hiciera porque sólo tiene 16 comercios de este tipo. En el resto de municipios hubo un descenso generalizado de la actividad del sector, que se dio tanto en pequeños pueblos como Castilleja de Guzmán, que sólo tiene dos bares, como en la propia capital, donde hay 3.872.

Entre estos dos municipios hay una enorme horquilla en la que destacan como descensos menos acusados los de las ciudades con mayor población. Así, la tercera ciudad en número de habitantes de la provincia, Alcalá de Guadaíra, sólo perdió un 8,1% de sus bares, restaurantes, cafeterías o heladerías en el último lustro. La segunda más poblada, Dos Hermanas, también fue una de las que mejor paró el efecto de la crisis, con sólo un 9,2% de caída.

De hecho, ambas ciudades fueron, junto con Espartinas, las únicas que se quedaron por debajo de un 10% de variación. En Dos Hermanas el número de bares registrados en 2012 fue de 499, mientras que en Alcalá de Guadaíra 401. Quizás uno de los factores que explique la caída más leve en este municipio sea el hecho de que un porcentaje importante de estos negocios están ubicados en los numerosos polígonos industriales ubicados en su término municipal, en los que sigue habiendo una actividad comercial importante, aunque también se haya visto afectada por la crisis.

La cuarta ciudad en número de bares es Utrera, con 229 y un descenso del 10,2%. En el siguiente escalón están La Rinconada, con 180 y una bajada del 16,5%; Morón de la Frontera, con un 173 y una caída del 17,4%; y Écija, con 167 y un descenso del 15,7%. Le siguen Mairena del Aljarafe, con 152 bares y un 18% menos en el último lustro; Camas, con 151 y un 19,9% menos; y Carmona, con 150 negocios, lo que supone el 15,8% menos que en el año 2007. Por encima del centenar de bares también están Los Palacios y Villafranca, con 142, Coria del Río, con 131, y Lebrija, con 106.

El municipio en el que más acusado fue el descenso fue Castilleja de Guzmán, donde quedan dos bares, lo que supone una caída del 66,7% en el último lustro. Huévar, La Lantejuela y Albaida le siguen entre las poblaciones con mayor descenso.

Medio millar de bares cierran en Sevilla anualmente

El sector hostelero sevillano es muy dinámico y a la vez un negocio refugio en tiempos de crisis. Ello trae como consecuencia que se abran un gran número de bares, pero esto no impide que, al mismo tiempo, desde el inicio de la crisis, Sevilla y la provincia haya experimentado un descenso neto de casi 500 establecimientos al año.
José Luis Camarero, gerente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Sevilla y Provincia, es consciente de la posibilidad de que se produzca un estallido de la «burbuja de la hostelería», al igual que ocurrió con otros sectores como la construcción. A este respecto, reconoce que «aunque ahora mismo puede parecer que hay un exceso de establecimientos hosteleros, las leyes del mercado irán marcando si hay un elevado número de locales y, por lo tanto, la oferta se irá ajustando a la demanda. Lo que sí es cierto es que el pastel es cada vez más pequeño y hay más comensales».
Camarero insiste en que «en general, la situación es complicada y el sector lo está pasando mal, ya que llevamos 61 meses consecutivos de descenso de facturación en torno al 8 y el 10%». Con todo, matiza que el turismo «está amortiguando las dificultades económicas en el sector». Así, indica que casi el 54% del gasto del turista que acude a Sevilla se realiza en servicios del sector de la restauración, lo que viene a suponer unos 35 euros de media.
Para paliar esta situación, los empresarios han tenido que hacer uso de la imaginación y de nuevas fórmulas de venta para garantizar la rentabilidad de los negocios. «Así –incide– los profesionales están haciendo un gran esfuerzo por ajustar la carta a unos precios más asequibles para el público».
Por otra parte, el gerente de la asociación de los hosteleros sevillanos mantiene que los bares tradicionales coexisten «sin demasiada tensión» con las franquicias y el gastrobar, «un innovador concepto en la restauración, basado en una especial decoración del local, así como una cuidada presentación y elaboración de los platos», explica Camarero.
Al sector de la hostelería genera unos 30.000 puestos de trabajo en Sevilla capital y la provincia. De esta cifra, un 60% corresponde a la ciudad y un 40% al resto de municipios sevillanos. Y ello pese a que Sevilla cuenta con un bar por cada 174 habitantes, cuando la media nacional es de uno por 139 habitantes.

Modelos de bares

Un bar por cada 200 sevillanos

La mancha de la crisis llega a todos sitios. La frase es de Pedro Robles, propietario de una consolidada cadena de hostelería de la capital sevillana, donde en los dos últimos años se han abierto 700 bares. La hostelería se había convertido en el "negocio refugio" por excelencia y en marzo de 2012, gracias a las licencias exprés, otorgadas por el Ayuntamiento de Sevilla, se registraron 250 establecimientos nuevos. Antes, las peatonalizaciones de las principales vías del casco antiguo y de algunas calles de marcado carácter comercial como Asunción hicieron que aumentaran los bares en lugares donde antes apenas había. Hoy, los cierres, traspasos y nuevas aperturas se suceden a un altísimo ritmo como consecuencia de la crisis y las dificultades que los hosteleros tienen para mantener los negocios en una provincia que lidera el ranking nacional de establecimientos por habitantes.

En Sevilla y su provincia hay un bar por cada 218 habitantes. En total son unos 9.000 establecimientos, que superan se acercan a los que hay en toda Castilla La Mancha y sólo se queda a 3.000 negocios de los que suma todo el País Vasco, con una gran tradición gastronómica. Sevilla y sus pueblos reúnen tantos bares como Barcelona capital, el doble que la ciudad de Valencia y más de 1.000 más que toda Extremadura.

En la capital son casi 4.000 bares, pero los hosteleros aseguran que lo que ocurre en el centro de Sevilla es un espejismo y que la crisis está golpeando con fuerza a este sector. Esta percepción se confirma con los datos del Anuario Económico de España que presenta anualmente La Caixa: en Sevilla y su provincia hay más de medio millar de establecimientos hoteleros menos, un dato que invierte la tendencia al alza del sector. Si el informe anual de 2011 de esta entidad cifró en 9.527 los bares y restaurantes que había repartidos por la geografía sevillana, en 2012, la cifra disminuyó hasta los 8.906 establecimientos, lo que supone casi un 18% menos. La bajada ha sido algo menor en la capital, de un 12% en los últimos cinco años.

Este estudio recoge el número de bares, cafeterías y restaurantes, incluyendo también heladerías y otros negocios del sector sujetos al impuesto de actividades económicas (IAE).

Pedro Sánchez-Cuerda, presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla y director del grupo hostelero La Raza, explica que lo que mantiene a los negocios del centro de la capital es la clientela extranjera, "que tradicionalmente gasta más que el cliente nacional". En los barrios y en los pueblos, sobre todo los pequeños, es otro cantar.

El poder adquisitivo bajó en 2012 un 2,3% respecto a 2008, lo que supuso la mayor bajada en 27 años. Este dato se refleja directamente en el consumo del público en bienes que no son de primera necesidad, como "salir a comer y a divertirse", apunta Sánchez-Cuerda. "No es tanto que haya poco público como que ese público consuma menos cuando sale", añade. En los dos últimos años, se ha notado más este descenso del poder adquisitivo y según Robles, no sólo en el cliente nacional, sino también en el extranjero.

Este hostelero destaca como una tendencia importante el éxito de las compañías turísticas low cost (desde líneas aéreas a buscadores de hoteles), ya que gracias a ellas llegan más turistas que "de otra manera no podrían" pero que, "obviamente, tienen mucho menos poder adquisitivo". Para el empresario de la cadena Robles, salir a comer y hacerlo esperando un buen servicio y una alta calidad de los productos no es compatible con unos precios excesivamente bajos. "En el bueno, bonito, barato algo tiene que fallar", afirma Robles, quien insiste en que el nivel de su marca exige unos mínimos.

La tapa se está convirtiendo en un salvavidas para muchos establecimientos de alta gastronomía o de reciente apertura, según explica el presidente de los hosteleros sevillanos. Hay muchos bares que se han creado en los últimos años "al calor de la tapa", pero eso no es sinónimo de éxito. Según explica Robles, "hay gente que viene de otros negocios y abre uno hostelero, y no siempre saben hacerlo". Los hosteleros insisten en que este sector, que es complejo, requiere su especialización y que en los últimos años se ha convertido en un refugio para nuevos empresarios, algo que no contribuye a la mejora de la hostelería.

El perro de bar

El perro de bar

Lastres 2013 217
El finísimo Manuel Halcón (Manuel Halcón y Villalón-Daoíz, marqués de Villar de Tajo y caballero maestrante de Sevilla, autor de un libro imprescindible para cualquier persona de ingenio: “Recuerdos de Fernando Villalón”) porfió con Pla sobre el perro de piso: Pla, payés, que no, y Halcón, señorito, que sí.
En España, un perro de piso comparte toda la intimidad de su amo, menos el bar.
Es verdad que la reacción protestante, aunque la Coca-Cola haga ahora publicidad “Viva la gente” del bareto, quiere acabar con la vida de bar: en los bares de Madrid el totalitarismo municipal impone a los parroquianos un simiesco ballet, pues para beber han de estar dentro, pero para fumar han de estar fuera, con lo cual, para echar un cigarro con botellín, hay que marcarse en la puerta un “moonwalk”.
El rebaño es el rebaño y teme al perro, que tiene prohibido su entrada al bar.
Mi perro puede dormir en mi cama, pero no puede sentarse conmigo a la barra, como en los felices tiempos del perro Paco, hoy reencarnado en el perro Teby, que procede de la misma cuna y lleva la misma carrera (que no viene ahora al caso).
Al Teby, por ejemplo, le pones las monedas en la máquina del tabaco y él se encarga de sacarte los cigarrillos.
¿Por qué los niños sí y los perros no?
Si a uno le gustaran los niños, iría a un parque, que es donde en mi época estaban los niños. Pero hoy en los parques están los perros, porque los niños están en los cafés (arrastrados por sus padres): llorando, moqueando, peyendo…
Y me ha sorprendido muy gratamente dar con este café gijonés al que se puede entrar a leer el periódico con perro, como un marqués: mitad Manuel Halcón, marqués de Villar de Tajo, defensor del perro de piso, mitad Gonzalo de Saavedra y Cueto, marqués de Bogaraya, protector del perro Paco.