En el mentidero de Twitter, todo son loas -sin grandes alardes, la verdad- hacia @alvcarlop, con su pregón aún caliente como pan recién sacado del horno. Ya veremos cuando se enfríe y aparezcan los lobos para dar cuenta del pan duro. @AbeInfanzon se refiere al «Pregón de las (otras) Glorias de Sevilla. También clásico de la Primavera» y muestra la pizarra de un bar en el que se anuncian «cabrillas y caracoles». «El mejor anuncio de este tiempo, sí señor», que dice @pizarrojl.
El @CapitanAdobo afirma con la rotundidad de un pregonero que «en Sevilla hay dos estaciones, antes de los caracoles y después de los caracoles». Y @mald0nati dispara el primer escopetazo en forma de foto de un platito lleno de moluscos gasterópodos: «#Sevilla. Se abre la veda de caracoles. #Triana. Casa Diego». Claro que en esta religión no hay un único Dios al que dirigir las alabanzas. Que le pregunten a @MustSevilla, para quien «uno de los mejores caracoles de Sevilla los ponen en casa Manolo de la Alfalfa, ¡con @Cruzcampo fresquita!».
«Los llevamos esperando mucho tiempo :) Cervecita y #Caracoles en Antípodas #Buhaira #Sevilla», dice @AAntipodas barriendo para casa, y cuelga otra fotito, moda, la de las fotitos, a la que no se resiste ni @acanalesoficial: «Caracoles en Sevilla». Y en Instagram.
@Raqueltweetme se rinde ante la propuesta de «siete templos de los #caracoles en Sevilla ¿Cómo no abrir un email con este asunto @YelpSevilla? ;-)». A @paulabasu no le gustan mucho, que digamos: «Ya está media Sevilla chupando... #asco», escribe. Y @Pozuelo91 inaugura «la temporada de caracoles mientras veo a mi Sevilla», y lo ve ganar, lo que lleva camino de convertirse en otro clásico. Sin que nadie se ofenda.
Petardos
LA EMPRESA Gaes se dejaba caer esta semana con un supuesto estudio que apelaba al tópico para concluir en el hecho irrefutable de que Sevilla es una ciudad ruidosa. Para decidir si lo es más o menos que sus vecinas, tiraba de un puñado de estadísticas, una forma de vestir con datos los propios prejuicios. Que si las fiestas en la calle, que si la gente en los bares, que si las terracitas con sus veladores, que si qué gustito dar pasear por sus plazas...
A las pruebas se remite @jaimerfz, que habla sin tapujos de «¡¡¡invasión!!!» al publicar fotos de cómo «algunos hosteleros hacen suyo el espacio público. Pobre barrio de Santa Cruz...», se lamenta. @beatrizdguiomar se indigna con la escena y pregunta, con copia a @Ayto_Sevilla, «¿qué opina de esto nuestro @zoidoalcalde? ¿Alguna solución?».
@jtrureal cita a los clásicos: «Sevilla tiene (tenía) una fuente en la Plaza de Doña Elvira... que cantabe El Pali... #quepena». «La plaza de Doña Elvira es coto privado de hostelería», se queja @LepetitMarin. Y @moigchaves matiza: «Di mejor Sevilla, coto privado de hostelería. Todo lleno de bares, es lo único que le importa a @zoidoalcalde».
Y sobre el ruido en la ciudad, que era de lo que había venido a hablar la empresa de los audífonos, @ShafPsyche pontifica: «Los auriculares de Renfe son la puta mierda y los buses de Sevilla hacen demasiado ruido». A lo que @LuciaRSimon añadía: «Hoy, Día Internacional del Ruido, llevo 3 meses despertándome a las 7.00 a martillazos en el centro de Sevilla». Y ponía en copia al @abogadodelruido, que está que no da abasto, y al @Ayto_Sevilla.
