En la Puerta de la Carne

La Puerta de la Carne, como su propio nombre indica, se ha convertido en uno de los principales puntos para el comercio y el bebercio en Sevilla. Esto es así hasta tal extremo de que en esa zona casi todos los locales están ocupados por bares. Y se ha dado el caso de que cerraron una de las mejores tiendas de chinos de la ciudad (curiosamente llamada Modas París) para abrir una cervecería. La gente dice: "Es tal la ruina que ya hasta cierran las tiendas de chinos". Pero enterarse bien, que es por culpa de la trama de Gao Pin, que fue desarticulada por fraude fiscal, y resultaba que era el principal suministrador de mercancías a los chinos y no tan chinos. Por suerte, no suministraba a los bares, que viven días de esplendor. O eso se les supone. 

Ahora la Puerta de la Carne está a la espera de que aquello se convierta ya en el acabóse. La apoteosis llegará el día en que se inaugure el nuevo mercado de gourmets (en el antiguo Mercado de la Puerta de la Carne), hoy refugio predilecto de okupas despistados. Aparte de tener algunas ratas que pasaban por allí y ya se quedaron. Se ha sabido que el nuevo proyecto podría estar terminado en dos años (previsión que parece demasiado optimista, a la vista de lo que hay) y que está descartado, de momento, el aparcamiento subterráneo. 

Sobre el parking habrá que debatir bastante. No es sólo que la Junta se oponga por principios a todo lo que proyecta el alcalde Zoido. Ocurre que aparcar en esa zona es una cuestión de supervivencia. Está saturada, a pesar de que casi todos los edificios tienen garajes particulares para los vecinos. Construir allí un parking subterráneo con entrada por Alejo Fernández significaría llevar centenares de coches cada día a una esquina de la Ronda donde hay un carril de bus y taxis muy transitado y un paso de peatones. Y la salida hacia el puente de San Bernardo tampoco está bien resuelta. Detalles que se deben tener en cuenta, antes de liarlo más todavía. 

Con la paradita del Metro de la Línea 3 que se anunció por allí, se ayudaría bastante a losgourmets en su momento, pero les tocará tener paciencia. Esta zona de Sevilla no está preparada ahora para acoger a grandes multitudes. Si se va a convertir en la Puerta de la Carne de los bares y los gourmets, se debe pensar que no llegarán volando, como si fueran las golondrinas de Bécquer. Al final, hay que volver a lo mismo de casi siempre: ¿por qué se han olvidado de las obras del Metro?