viernes, 18 de enero de 2013

El Arenal en pie de guerra


Los vecinos del barrio del Arenal están en pie de guerra contra los bares de la zona y el Ayuntamiento por no velar éste por el horario de cierre de los locales, la consumición de bebidas en la calle, la emisión de ruidos y la falta de higiene, que cada fin de semana genera este nuevo «botellón chic».
La primera de las medidas que van a tomar será iniciar una serie de cortes de tráfico en las calles Arfe y Adriano en próximas fechas para denunciar «la pasividad del Gobierno de Zoido ante la situación de todos los residentes del barrio», asegura María Jesús Luque, miembro de la asociación de vecinos Torre del Oro, quien señala que se encuentran en una situación de «indefensión y desesperados» ante la presencia masiva de personas «consumiendo bebidas en plena calle ante la mirada del Ayuntamiento». Esta misma asociación, comandada por su presidente, Antonio Fernández, logró que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) obligara al Consistorio a tomar medidas contra la «movida» que padecían desde mediados de los años noventa. «Parece que no ha servido para nada lo que luchamos durante todos esos años, porque ahora ha vuelto a renacer esto pero mucho peor», concreta el propio Fernández, quien especifica que en la actualidad se intensifica, ya que la calle Arfe es más estrecha que Adriano.
La gota que ha colmado el vaso ha sido la apertura de un nuevo bar de copas, el Gallo Negro, en el local que antes ocupaba la cafetería Los Príncipes y sobre el que el Ayuntamiento ha iniciado los trámites para su clausura. Sin embargo, la asociación mantiene que ha enviado dos cartas al alcalde, Juan Ignacio Zoido, y a otras autoridades municipales, sin que hayan recibido respuesta alguna. «No se sabe nada y nos dan la callada por respuesta», asevera Luque, quien ya ha llevado el asunto hasta el Defensor del Pueblo Andaluz en funciones, José Chamizo, quien «sólo nos ha dicho que estas cosas son lentas y que hay que tener paciencia».
Junto con el Gallo Negro, existen otros establecimientos que «no pueden vender bebidas ni poner tapas porque son abacerías, tiendas de ultramarinos, no bares», afirma Luque, mientras su presidente apostilla que cierran durante todo el día y sólo abren de noche. Aunque se muestran decepcionados con la gestión de Zoido, van a esperar hasta febrero «para ver si hay alguna reacción» y en el caso de que no la haya tendrá «que venir un notario a levantar acta de lo que sucede los fines de semana y demandaremos de nuevo al Ayuntamiento ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJA», afirma el veterano líder vecinal.
Desde que este problema ha salido a la luz pública, la relación entre los dueños de los bares y los vecinos ha empeorado y estos últimos aseguran que ya han recibido amenazas por las denuncias, por lo que temen represalias.

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