domingo, 19 de mayo de 2013

Sesión golfa: 10 euros la copa


La realidad imita al arte, escribió Oscar Wilde. Vino a Sevilla el pasado lunes el dramaturgo José Luis Alonso de Santos para impartir en la Fundación Cajasol una sesión sobre dos comedias contemporáneas de las que es autor, Pares y Nines y 10 euros la copa. Ésta última, que se estrenó en el festival de teatro de El Puerto de Santa María con el que está muy vinculado el autor vallisoletano, se representó por la tarde en el mismo escenario de la antigua Audiencia. 

El autor de comedias como Bajarse al moro o La estanquera de Vallecas, objeto de sendas adaptaciones cinematográficas, tan inseparables de la movida madrileña como las películas de Almodóvar, la quinta del Buitre o los Pegamoides, ha dado en el clavo en el título del último trabajo. 

La ciudad de Sevilla, que siempre tuvo en los bares un sofisticado sucedáneo de su vida académica, es una lonja de ofertas y descuentos para captar clientes. 10 euros la copa, metáfora de la Eurocopa que ganamos en 2008 -¿qué le falta por ganar a Fernando Torres?- y en 2012, es una contraseña de gangas y bagatelas. El camarero está leyendo el As con avidez, cantaba Gabinete Caligari; especialmente en días como el de hoy de final copera, trofeo que en la última década ha viajado en tres ocasiones a las vitrinas de los equipos sevillanos. 

En la obra de José Luis Alonso de Santos, cuatro albañiles comentan en el descanso para comer distintos avatares cotidianos. Es una obra que no llega a concluirse por la crisis de la construcción. Hay palabras-puente como obra, fuente etimológica de obrero y nutriente de la vida del intelectual. Obras que hermanan en el vocabulario a dramaturgos y promotores, a actores y albañiles. Dos sectores, la construcción y la cultura, que figuran entre los que más están sufriendo los estragos de la crisis. 

Más que del teatro, los bares han bebido de un concepto que nace en el mundo del cine. La sesión golfa del séptimo arte se ha extrapolado a los horarios en los que distintos establecimientos ofertan rebajas en las consumiciones. Sesión Golfa, se lee en el bar Hércules, palabra que remite a los cines de verano. 

El esplendor de la construcción devino en una deserción de camareros de los mostradores. Con el parón, los que no se marcharon al extranjero vuelven a los bares. El Viriato, gastro bar junto a San Juan de la Palma, oferta los jueves tapa de paella gratis con la bebida. El restaurante La Calesera, con azotea en el hotel San Gil (calle Parras) a espaldas de la basílica de la Macarena, invierte los términos de la oferta; con cada tapa, amplio surtido de una veintena de especialidades, es gratis la bebida: cerveza, vino o cava rosado. El Patio San Eloy anuncia la promoción de Sevillano + Bebida. Gentilicio de uno de los muchos montaditos del atlas de delicias del local de San Eloy. 

Como bien saben novelistas y dramaturgos, hay que acertar en el título. Jugar con la paradoja, con el contraste. Doble sabor a un precio único, se lee en el escaparate del McDonalds de la Campana. ¿10 euros la copa? Y dicen que el pescado es caro, como titulaba Sorolla uno de sus cuadros. En invierno, el sevillano juega de casero y en primavera de visitante: toma la calle. Abren bares y franquicias junto a los de toda la vida: Vizcaíno, Tremendo, Rinconcillo. En la sesión golfa ponen una de Tarantino a la plancha.

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