domingo, 30 de septiembre de 2012

EL PEREGRINO DEL CAMINO

MI PRIMER ROCIO EL PEREGRINO DEL CAMINO 

El camino del segundo día fue mas doloroso aun si cabe que el primero, pues cuando llegue a mi casa me fui a una farmacia a que me dieran urea para los pies y ponerlos en remojo, para después pinchar las pompas con unas agujas y dejar los hilos dentro para que el liquido se saliera lentamente , la noche que pase fue a base de lujo.
Al día siguiente había quedado con mi cuñao que me iba a acompañar ha hacer el segundo tramo, así que me fui al recoger al cuñao a La Algaba y lo primero fueron unos montaitos para meternos proteínas y con el coche dirigirnos a Villamanrique.
Aparcamos y nos dirigimos a la Venta Gato como nos había indicado Chacon , en esto que mi cuñao se había encontrado otra vara de metal y la cogió para que le apoyase.
Pasamos de las indicaciones de Chacon pero simplemente por desconocimiento porque no sabíamos por donde íbamos a día de hoy supe que era la carretera de la Fresa la que cogimos ya no la soltamos hasta que vimos el cartel de están ustedes en la Raya Real, por donde el camino fue bueno pues la arena estaba blanda y amortiguaba mis llagas ya que la noche anterior había llovido.
Mi cuñao que iba sobrado se echaba hasta siestas por el camino mientras yo con el paso de un Caracol iba haciendo mi camino.
Llegamos a Palacios y unos montaitos que nos compramos en La Algaba los rematamos debajo de un árbol grande, al levantarnos mi cuñao Chico me dijo que estaba escoció.
El escoció y yo reventao vamos para que hubiese que haber puesto pies en polvorosa.
Yo iba cada vez a peor así que me dejo su vara de manera que parecía que yo estaba esquiando en lugar de caminando.
Pero de otra manera no podía andar porque Chico se seguía echando siestas, pero esto mejoro porque mi cuñao que tiene poca paciencia le podía mas la mente que el cansancio físico en si, y nos encontramos a otro peregrino llamado Irra que nos alentó y animo hasta el final .
El calor sofocante y la arena a unos dos kilómetros de llegar al  ajolí hacían el camino interminable y mi cuñao ya estaba en las ultimas mentalmente, los metros se le hacían eternos y Irra el peregrino de la hermandad de Granada que nos ayudaba al final no paraba en su empeño de mantenernos entretenidos , para los que nos contó su historia del porque de este camino.
Nos contaba que el hacia el camino desde Granada y que este año no pudo porque sufrió un accidente de coche mortal, que estaba vivo de milagro, y que cuando lo recogió la Guardia Civil se lo encontró fuera del coche en la cuneta junto a su medalla de la VIrgen del Rocio por lo que prometio que si para El Rocio podía haría el camino y que ese mismo sábado salió desde Sevilla y pocas horas mas tarde se encontraba con nosotros, y que una persona como el ducho en el manejo de las arenas no tenía ninguna prisa por llegar a la hermita si era para ayudar a otro hermano a que tuviera un buen camino.
El caso es que entre pitos y flautas cuando nos dimos cuenta estábamos en el ajolí y mi cuñao se derrumbo como en el cuento de la cigarra y la hormiga, siendo yo la hormiga trabajadora la que primero cruze el puente de arena a la aldea.
Le presentamos nuestros respetos y oraciones a la Señora con la aparición de mi mujer que nos había ido a recoger y el peregrino Irra nos llevo a su hermandad a que nos lavásemos las heridas y nos refrescáramos con unas cervezas y unos pikislabis.

 El primero en el Ajolí

El primero en pasar el puente de la Aldea con los pies escocidos 

 


Se agrega el resto de la expedición Mi Primer Rocío, la hormiga Vicente y las cigarras Chico e Irra



 Nos acogen y agasajan en la Hermandad de Granada






Tras esto nos volvimos todos a Sevilla y yo como no tuve bastante a las dos de la mañana me levante cogí mi vespa y con un frío tremendo me fui a la aldea a ver a la Blanca Paloma salir de su hermita con unas llagas que me permitieron verla bastante cerca pese a que tarde mas de media hora andando desde donde deje la moto que era en la chocolateria que hay en frente hasta la proteccion civil .
La vi salir y por cierto tuvo una salida un poco accidentada pero desde luego que todo este sacrificio mereicio la pena por lo que a la vuelta experimente una paz interior jamás vivida.

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