miércoles, 5 de septiembre de 2012

LE COIN PERDU. LA CATA DE LOS VINOS FRANCESES

Estaba una noche en mi restaurante un prestigioso arquitecto sevillano.
Reconocido por sus numerosísimos proyectos ejecutados, por su originalidad y buena ejecución.
El caso es que accidentalmente - o al menos eso yo creia - entablamos conversación sobre el mundo de los vinos.
Aficionado me decía que era el tio, pero cuando entramos en profundidades rapidamente entendí que se trataba de la persona-cliente que más sabía de vinos jamás conocida.
Poco a poco me fue desvelando que su pasión era Francia y sus uvas.
Hicimos buenas migas.
Con una cucharilla le tenía que sacar información, hasta que finalmente explosionó, como si de una buena fermentación se tratara.
Me dijo que gerentaba una tienda de vinos franceses.
Le Coin Perdu, el rincón perdido.
El caso es que le propuse organizar una cata con profesionales del sector de la sumillería.
A él le pareció estupenda esa forma de promoción.
Al fin y al cabo eran clientes potenciales pero especializados, con lo cual podrían vender mejor sus vinos, al poder expresarlos adecuadamente.
Reuní a un elenco interentasísimo con una influencia mediática alta entre Bodegueros, Sumilleres, Formadores, Hosteleros y Camareros.
El resultado y los frutos logicamente se recogerían con posterioridad, pues la cata fue un éxito.
Se trataba de sembrar semilla para luego recolectarla.
Y aunque en la actualidad la cosa está fatal seguro que a día de hoy recoge frutos.
Los mismos con los que se hacen los vinos.






























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