lunes, 3 de septiembre de 2012

LA ULTIMA CENA DE LA ASSE. EL PUNTO DE INFLEXION.

LA ULTIMA CENA DE LA ASSE. EL PUNTO DE INFLEXION.

Creo que fue el único beneficio entre comillas que me proporcionó la ASSE.
Y digo entre comillas porque hasta esto me costó el dinero.
En los dos primeros años de legislatura en los que me asocié buscaban para las Navidades un restaurante que cumpliera las 3B.
Tras recibir varias ofertas finalmente se decidieron en ambos años por El Colmaito de Cai.
El menú era variado  los distribuidores ponáin el vino con lo cual se manejaba más margen para el tercer tiempo, que naturalmente era lo mejor .
Barra libre hasta las tantas de la mañana y ponernos calentitos de cuantas referencias de destilados se antojaban.
Tantas eran las copas que el beneficio se volatilizaba en pocas horas.
Pero realmente no se trataba de ganar sino de convivir.
El caso es que llegado el tercer periodo la ASSE decidió desde el primer momento de manera personal cambiar de sitio para la cena de Navidad.
Entiendo que era un poco cansino volver al centro de Sevilla otra vez.
Pero se me encomendó la labor de recoger las ofertas de los distintos restaurantes.
Entré al trapo y me equivoqué ya que esta tercera edición todo lo que enmascaraba era una trampa fatal de la dirección de la ASSE.
Una vez elegido el lugar y todos de acuerdo acertamos en que fuera Beliche.
Negocié bien con Sergio el propietario del local a la par que amigo mío.
Se trataba de que todos salieran ganando.
Un miércoles de Diciembre con pocas expectativas de llenar un comedor una mesa de mas de 20 comensales no le hacen mal a nadie.
Y menos a los dueños de Beliche.
Y por otro lado la ASSE había obtenido un menú de 25 euros con copa incluida.
Aunque al final me alegré de que todo saliera como salió, como el culo.
Porque estoy seguro de que sí finalmente nos quedamos allí, al final o por una cosa o por otra me lapidan.
Porque ya en la cena donde fuimos al final la criticaron y eso que pagaron 10 eurosa cada uno.
Era un inciso
Porque de todos estaban encantadísimos con el menu ofertado y el precio, y ya que los socios-distribuidores donaban los vinos la negociación era más fácil.
Llegao el día y la misma mañana y ya todo atado y cerrado, me llama el socio de Sergio para confirmar condiciones, menus y personas.
Llamada que me extrañó pues estaba ya todo hablado y más que hablado.
Me cuenta el buen hombre que hay algo de lo que habíamos hablado antes, que era la copa de bienvenida.
Yo le dije que era poca cosa ya que íbamos a beber vino principalmente.
Me insiste que ha recibido la llamada de algún miembro de la ASSE que le dice que eso está negociado y entra en el precio.
Yo le digo que claro que sí.
Que que problema hay?
Me contesta que eso no estaba previsto y que encarece el menu 5 €
Y le pregunto , si han delegado en mí la negociación del menú para que se ponen en contacto otros contigo, que lo hubieran negociado ellos, si ellos no saben ni lo que entra.
Me dice que algunos le han dado unos cursos de sumiller y tiene relación con ellos.
 A lo que le digo pues que sean esas personas las que te digan si vamos a ir , porque al cambiar las condiciones yo no me hago responsable de dar la cara.
Y a pocas horas de vernos no había manera de contactar con el resto de sumilleres.
El caso es que postpongo la cena de manera unilateral y envio emails a los confirmados.
Nadie contestó. Yo dí por hecho que nadie iría. Me equivoqué.
Además tenía la inaguración de El Portón esta noche con lo cual no podía asistir.
Pero este año la gente tenías ganas de cachondeo.
El caso es que sobre las 21.30 me llama mi colega Sergio y me dice que en la puerta hay una comitiva de la ASSE con el resto de comensales.
Que hace?
Le digo que hagan lo que quiera, pero que les advierta que el menú ha variado de precio.
Sergio comunica la desición y se van a otro bar que previamente tenían hablado.
La verdad es que finalmente tuve que acudir con Lucila e Irra y cambiar de planes para aclarar el entuerto.
Además se retrasó alguno de los asistentes que se encontraron en medio de la nada sin saber nada de lo que pasaba y no salían del asombro.
Les expliqué la situación y lo que me aconsejaron que la próxima vez no tomara yo la desición de cancelar la cena por los demás.
Entonces que clase de delegación confíais en mí?
Finalmente no asistí a la inaguración de El Portón y me uní a la cena con el ánimo de dar mi opinión de lo ocurrido.
La impresión de todo el mundo fue que la trampa fue menua, aunque si es cierto que se hubiera aclarado si yo hubiera estado allí.
Pero nadie dió la cara por mí.
Cuando llegué estaban todos tan contentos y animados con los vinos que el libre pensamiento era que cada perro se lamiera su cipote.
Lo cual me enfureció aún más.
Decidií abandonar el nuevo establecimiento seleccionado por la comitiva para no pasar a mayores.
Hubo mucha tensión.
Y tan sólo cúando dos compañeros Eduardo Guardiola y Jose Joaquín vinieron a convencerme de que me debería de quedar allí, por que lo contrario sólo haría darle la razón a los demás, decidí quedarme.
Un miembro salió detras nuestra cuando vio el apoyo que recibía del sector más influyente de la ASSE, y las únicas palabras que tuve fueron , que no entendía las pretensiones de dejarme con el culo al aire.
Nunca supe que le llevó a actuar de esa manera.
Supongo sería un , aquí estoy yo, porque de otra manera no lo entiendo.
Fue innecesario tal acción, al menos yo y los otros colegas así lo vimos.
Pero ya era tarde la desición estaba tomada, a partir de ahora las preocupaciones y los dolores de cabeza los iba a tener otro.
A mí me pasó lo mismo que a Federico Flores, Matías Vela, Raúl Márquez entre otros.
Todos han acabado tan cansados de los cambios de rumbos de última hora que al final abandonan el barco.
Porque eso es lo que pienso que era la ASSE un barco sin rumbo.
A partir de entonces no me he vuelto a involucrar en nada relacionado con el mundo del vino.

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