Es según mi conocimiento el más completo negocio de productos relacionados con el mundo de la sumillería que ha visto la luz en nuestro pais.
Se puede encontrar desde copas con cristales especiales para cada tipo de vino hasta los caldos de las tierras más remotas como Georgia o Japón.
En sus instalaciones se puede comer, organizar una cata-maridaje, comprar vino.
En su amplio espacio todos los vinos están claramente señalizados con sus países y denominaciones de orígenes, con lo cual la tarea de buscar vinos se convierte en una fácil tarea.
Disponen de sacristía donde descansan sus más apreciados baluartes.
Las condiciones de temperatura y humedad están envidiosamente controladas.
El personal es profesional y la atención es muy cuidada eso sí pero sin agobios, no tienes a un empleado-mosca-cojonera detrás tuya para venderte, tan sólo cuando necesitas asesoramiento siempre hay alguien disponible.
Tienen su propia revista en la que establecen el calendario de las visitas que se organizarán en su complejo en cada periodo o temporada.
A él acuden las bodegas más clásicas, también las más vanguardistas y por supuesto las de más reciente incorporación de la palestra nacional.
Son exigentes en sus escaledoscopio de referencias y desde luego cualquiera que busque dar a conocer su producto no puede encontrar un escaparate mejor para su bautizo empresarial a nivel nacional.
Controlan las redes sociales y a menudo son trendin topic con sus eventos.
En un símil con la moda podrían ser como la pasarela Cibeles,
Hasta las cajas para transportar los vinos o licores o los papeles de regalos para envolver están cuidados hasta en su último detalle, y sólo por eso te dan ganas de comprar y volver a recomprar, me recuerdan a los envoltorios de los chocolates suizos.
Ah y tienen uno de mis pasteles favoritos , los carquiñolis
Son los carquiñolis unas piedrecitas de pastelería elaboradas de una masa con harina almendra y miel.
Tienen una subespecialidad en las Navidades que son los carquiñolis de chocolate.
Son un dulce muy típico en el pirineo leridano que no ha traspasado las fronteras de la cordillera catalana.
El homólogo en Sevilla sería los pestiños, pero los carquiñolis no son tan pastosos ni melosos, pues son secos.
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